Desierto Florido: Vida en el lugar más árido del mundo
Escrito por Radio JGM el septiembre 24, 2017
Por Luz Venegas.
Un fenómeno pocas veces visto en el mundo, es el que se desarrolla desde principios de agosto en el Desierto de Atacama. Flores autóctonas creciendo en el suelo más árido del mundo, es el espectáculo que nos presenta la tercera región, y que se espera, dure hasta mediados de octubre.
Tras las inusuales lluvias registradas en la zona durante este invierno, sus habitantes ya preveían una primavera florecida, fenómeno que también se vivió en 2015 pero, con la intensidad de las precipitaciones, el Desierto Florido del 2017 se convirtió en el más grande registrado en los últimos 20 años.
¿Dónde disfrutar el Desierto Florido?
La mayor parte de desierto florido se puede disfrutar en la carretera que une Vallenar con Copiapó. En medio del paso de los autos, el desierto nos entrega una de las postales más maravillosas de la naturaleza. Es aquí en donde los turistas pueden observar verdaderos «mantos» de flores donde el rosado, el púrpura y el amarillo tapan el árido suelo del desierto.
Pero si lo tuyo es el turismo aventura, los parques nacionales Pan de Azúcar y Llanos del Challe son tus mejores opciones. Ambos ubicados en la zona costa de la Región de Atacama, destacan por ser los sitios en donde se concentra la fauna y la flora típica del lugar.
De esta forma, es en los cerros del Llanos de Challe donde puedes disfrutar de diversas flores autóctonas a las faldas de las dunas del desierto y observar guanacos corriendo por el lugar, todo esto a pocos metros de las aguas del océano Pacífico.
Cuidar la naturaleza es tarea de todos…
Para seguir preservando este fenómeno en la zona, la CONAF y diversas autoridades locales han reiterado el llamado a los turistas a cuidar la flora y fauna del lugar. No dejar rastro de las visitas, trasladar la basura hacia los puntos de limpieza indicados y, por sobretodo, no pisar o arrancar las flores del desierto son parte de las indicaciones para que el Desierto Florido siga reviviendo cuando las condiciones climáticas lo estimen necesario.
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