Decisión histórica: El Senado argentino vota mañana la ley de despenalización del aborto.

Luego de semanas de debates y exposiciones en el Congreso, movilizaciones multitudinarias en las calles y con un país dividido en los característicos colores verde y celeste -a favor y en contra de la aprobación de la ley de aborto, respectivamente- mañana se vota en la Cámara de Senadores la ley que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo.

En los últimos once años el Congreso argentino ha rechazado en seis ocasiones la despenalización del aborto, no obstante, este miércoles la ley está más cerca que nunca de aprobarse. Sin embargo, aún le falta pasar por ciertos trámites que tal vez retrasen nuevamente su discusión. Tras haber superado, no sin complicaciones, la primera parte de este proceso en la Cámara de Diputados, esta ley se enfrenta el día de hoy a un nuevo obstáculo. De momento, la bancada “verde” se encuentra en desventaja frente a una mayoría de senadores que estarían en contra de la aprobación de la ley.

Existen tres posibles desenlaces para la votación el día miércoles. Una alternativa poco probable es que se apruebe la ley directamente y sin modificaciones, en tal situación el Presidente de Argentina deberá ratificar el resultado. La segunda alternativa es que se apruebe la ley pero se propongan modificaciones, lo cual provocaría que la ley volviese a la Cámara de Diputados para continuar el debate allí. La tercera opción es que se rechace, lo que conlleva la cancelación del proyecto y la imposibilidad de retomarlo hasta 2019.

En caso de que la ley regresara a la Cámara de Diputados, aun significaría una victoria para las pañoletas verdes, ya que una vez ahí la Cámara de Diputados no podría rechazar la ley, sólo modificarla, por lo cual se aprobaría de manera definitiva, aunque con cambios.

Quienes están en contra de este proyecto de ley plantean que, de aprobarse, aumentarían las cifras de interrupciones voluntarias del embarazo. No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha explicado que, aunque se legalice esta práctica, no implica que vayan a aumentar los casos de aborto, es más, la evidencia plantea que las mujeres que desean interrumpir su embarazo suelen hacerlo aunque sea ilegal. La verdadera diferencia radica en que, cuando esta práctica es ilegal, no hay un sistema de salud que garantice la seguridad del proceso y muchas veces se recurre a métodos sumamente riesgosos que pueden terminar en abortos incompletos, hemorragias, infecciones o incluso la muerte. La Red de Acceso al Aborto Seguro de Argentina asegura que en el año 2016 en el país murieron 43 mujeres por procesos de aborto insalubre. El proyecto de despenalización de la interrupción del embarazo busca evitar que esta cifra se mantenga o aumente.

Este debate ha trascendido al Congreso y ha permeado en la sociedad argentina, involucrando a todos los ámbitos. El Papa Francisco ha calificado el aborto como una moda y hasta lo ha comparado con prácticas nazis. La Iglesia argentina ha llamado a una ceremonia religiosa en la Catedral de Buenos Aires, presidida por el Arzobispo de Buenos Aires, el Cardenal Mario Poli, a la misma hora en que los senadores estén votando la ley.

La población argentina no es la única que está atenta al resultado de esta votación, sino que en Chile también se está expectante ante este desenlace. Varias agrupaciones feministas como Coordinadora Feministas en Lucha y Coordinadora 8M han convocado a un Pañuelazo Internacional afuera del Consulado Argentino en apoyo a la lucha argentina por la aprobación de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. La invitación es para el día miércoles 8, a las 18.00 horas en Vicuña Mackenna 41.