Cristian Keim, director del Teatro Nacional Chileno: «Espero que cuando acabe el Gobierno del presidente Boric la cultura esté en mejor pie»

Escrito por Radio JGM el junio 22, 2022

El académico, actor y director de teatro, Cristian Keim, conversa sobre el rol actual que el Teatro Nacional Chileno (TNCH) cumple en el panorama nacional de un país que se ha visto obligado a mutar en los últimos años.

Por Rocío Cerda

Cristian Keim, director del Teatro Nacional Chileno.

Las artes escénicas han sido una de las áreas culturales más perjudicadas con los acontecimientos que afectaron al país en los últimos años. Desde el proceso sociopolítico iniciado en octubre del 2019, el teatro ha debido acudir a alternativas que lo alejen del descenso, pero, con una pandemia de por medio el trabajo ha resultado desgastante. Depender de aforos, controles sanitarios y la virtualidad, hizo que el arte de las tablas iniciara el 2022 con una perspectiva diferente a la que tenía tres años atrás. Cristian Keim, académico de la Universidad de Chile, quien se desempeña como actor y director del TNCH, explica como los cambios que ha tenido el país repercuten en el teatro. Pandemia, estallido social y hasta el desempeño del nuevo Gobierno son algunos de los temas entre los que se traslada la conversación, todo un análisis visto desde el interior del teatro universitario más importante del país.

El teatro se adaptó a las modalidades que el estallido social y la pandemia propusieron ¿Cuánto de esa adaptación persiste en el retorno de las actividades?

Parte de eso va a estar siempre presente. Estamos intentando construir una normalidad. En el teatro es complejo, se opera a la par de las crisis socioculturales. El trabajo que tiene que darse es para entender cambios, modificaciones y empujar desde la dirección, pero también hacerse cargo. En mi caso, me hice cargo del teatro a inicio de marzo del 2020. Este teatro tenía una crisis ligada al estallido y además la tercera semana de marzo hubo que cerrar entonces, en términos de normalidad, yo no he tenido, no sé cómo funcionó anteriormente porque mi relación fue desde lo artístico y académico, no administrativo y, los espacios públicos han cambiado. La energía de nosotros está centrada en la necesidad de espacios análogos de interacción, espacios para la humanidad, lo que queda de resabio positivo institucionalmente. El teatro es permeable en términos sociales y lo que ocurrió fue que se ampliaron las redes de contacto y, esa red la vamos a seguir trabajando, insistiendo y profundizando lo que viene del estallido, una forma de relacionarnos distinta. Tienes una revolución feminista, un estallido social y una pandemia, sin duda hay una crisis y en la crisis uno se adapta, se mueve, se moviliza.

¿Cuál es la dinámica que el TNCH espera para obras populares y más comerciales en cuanto a su financiamiento? Considerando que se depende de las segundas para llevar a cabo las primeras

Yo no creo que se dependa del teatro comercial, aunque eso tiene que ver con la dinámica de este teatro que por décadas se ha considerado centro de administración o sala de eventos, pero el encargo que hace la Universidad es que sea una compañía profesional que se dedique al ámbito extensional. Hay un hecho que a las generaciones jóvenes le suena a cantinela idiota, el “volver a la memoria” y es que es un problema neoliberal instalado, despreciar la historia y memoria. Acá se nos fue reduciendo el presupuesto hasta ser una compañía sin actores contratados, tenemos todo lo demás contratado permanentemente, al revés de otros cuerpos estables que pertenecen en la Universidad como el Ballet Nacional o La Orquesta. Intentamos equilibrar las artes y los espacios de conocimiento. El teatro tiene una tarea, acercar a las personas a esas áreas de conocimiento y a su cuestionamiento, porque pasó en algún momento a ser patrimonio de cierta élite y eso hay que modificarlo. El teatro es reflejo de lo que ocurre socialmente, si hay un problema de representación política, sin duda hay un problema de representación artística. La educación neoliberal ha hecho que tengamos una mirada individualista y el teatro nutre el colectivo. Nuestra línea editorial va más por priorizar contenido que forma. Somos una institución universitaria que puede darse ese lujo, probablemente hay otras en el ámbito cultural que no, pero somos la Universidad de Chile.

Cristian Keim, director del Teatro Nacional Chileno: «Espero que cuando acabe el Gobierno del presidente Boric la cultura esté en mejor pie»

¿Cómo dentro del TNCH interactúan actores consagrados y emergentes? y ¿Cómo esta relación se vincula a la formación de estudiantes de las artes escénicas?

Pareciese que consagrado se vinculara con televisión, y más allá de si uno encuentra buena o mala la tele, se instala una confusión porque ser consagrado no significa ser reconocido popularmente, nosotros nos reímos con los que trabajan en televisión con lo de tener “cara de tele”. “Necesitamos alguien que tenga cara de tele”, “yo tengo cara de tele”. Es una broma interna. Acá trabajamos, por ejemplo, en un extremo de lo consagrado que coincide con lo popular, Daniel Alcaíno, conocido por su personaje de Yerko Puchento que también es tremendo actor de teatro con profesionalismo y entrega. Y en el otro extremo pasando por puntos intermedios, Catalina Sánchez, actriz que egresó hace poco y es tremenda profesional. Una cosa súper interesante de la combinación de personas es el traspaso de conocimientos. Cuando uno trabaja con gente diversa el caldo de cultivo cultural sociológico se vuelve denso e interesante. Trabajar con hombres, mujeres, disidencias, gente católica o laica enriquece los trabajos y la mezcla que tenemos entre gente consagrada y quienes recién comienzan en el arte es súper rica, lo noto. Daniel transmite desde su experiencia que no es más ni menos que la de Catalina que tiene otras. Tal como Chile pide diversidad, las instituciones culturales también deben asumirla y debe estar en todos los equipos de trabajo.

¿Cómo funciona la constante reivindicación que hace el TNCH para permanecer vigente?. especialmente considerando que surge desde una universidad estatal

Es agotador porque además estamos considerados como punto de refundación en el teatro chileno, un espacio simbólico. Primero se formó una compañía formando el primer grupo de teatro profesional, extensional para la Universidad y desde ese grupo se fueron creando otras instancias, eso cambió la forma de ver el teatro en Chile, es considerado el nacimiento del teatro experimental, actualmente “Teatro Chileno”, donde las cosas que hacemos son de resonancia, adquieren un volumen simbólico importante. El rector Vivaldi, a quien admiro profesionalmente por cómo ha ido reposicionando la Universidad y que creo que es el rector que más viene al teatro, el otro día vino a ver “El lago negro” y nos mencionaba en camarines que debíamos tener un cuerpo estable de actores, lo que me parece fundamental. Es importante que los espacios verdaderamente públicos sean defendidos y no generar confusiones porque operar con las restricciones que ha tenido este país es difícil. A nosotros se nos hace más complejo que a otras instituciones que pueden funcionar cómo los privados, no tenemos esa ventaja, pero entendemos que solo funcionamos si permanecemos en lo público y en ese sentido, uno defiende lo público trabajando públicamente, no elitizando los espacios de trabajo, buscando cómo aporta el teatro a otras disciplinas y sobre todo en educación. Cuando el cuerpo sabe, los conocimientos son mucho más profundos.

El año pasado, en entrevista con el programa Semáforo usted recordó a Pedro Aguirre Cerda y como su lema protegía al teatro. El panorama político actual es muy diferente al de hace un año ¿Cree que el enfoque del actual Gobierno para con las culturas es amigable con el teatro como era el de Aguirre Cerda?

En el Gobierno hay muchas expectativas y hay que dejar a la gente trabajar. Tenemos una educación neoliberal y perseguimos la inmediatez. Ha habido décadas de abandono, el último Ministerio de Cultura era un chiste cómo funcionaba. Reconstruir lo que hubo va a ser un periodo largo. Hay que tener paciencia y estar presente en las instancias convocadas. Tengo más fe en estos momentos que en otros. Espero que cuando acabe el Gobierno del presidente Boric la cultura esté en mejor pie que en el que ha estado desde hace mucho, esa mirada que desprecia la memoria no hay que volverla a instalar. Si uno observa el éxito de Pedro Aguirre Cerda y del Frente Popular, tiene que ver con una reforma educacional profunda que es lo que le falta a este país y las reformas dan fruto décadas después, la generación actual de seres pensantes es fruto de sucesivas reformas, pero esto viene de años. Individualismo y descomposición social son la base para seguir autodestruyéndonos. Hay que dar tiempo, estamos en un periodo constituyente que no había existido y más allá del resultado, que personas elegidas democráticamente estén en la discusión es relevante y, cuando esta Constitución sea aprobada y entre en derecho va a pasar tiempo para que genere una nueva realidad. Tengo esperanza en la gente del Gobierno, personas más abiertas y gente joven súper interesante. Esperemos que llegue a buen sitio, por el momento, estoy contento.