Construir ciudad: el futuro de la Ciudad del Niño
Escrito por Curso de Reportaje el diciembre 4, 2024
Luego de tres años de lucha contra la Inmobiliaria Maestra S.A. y la Fundación Ciudad del Niño, los vecinos y vecinas de San Miguel lograron que el Ministerio de Vivienda y Urbanismo comprase el terreno en 2023 para convertirlo en un Parque Urbano Habitacional.
Por Samkofa Mafla y Sofía López
Es 2020, en medio de la crisis habitacional y la pandemia Covid-19, hay un megaproyecto inmobiliario que busca construir más de 23 torres en lo que queda de Ciudad del Niño. Esto llevó a los y las vecinas a organizarse en contra, exigiendo la detención del proyecto. Cuatro años más tarde, lograron concretar su lucha; se trata de un ejemplo de resiliencia para exigir su derecho a habitar la ciudad.
La lucha de las y los vecinos de San Miguel es un ejemplo de resiliencia que buscó evitar la construcción de varios edificios en Ciudad del Niño, ya que les afectaba directamente en la calidad de vida y en el derecho a la ciudad, pues este proyecto causaba una carga significativa en los espacios públicos educacionales y de salud.
Además, el impacto ambiental era importante, pues la contaminación, el ruido, las aguas residuales que no contaban con un alcantarillado renovado y los conflictos en seguridad, incentivaron a que las y los vecinos.
A partir del trabajo colectivo y de la creación del movimiento social No + Edificios comenzaron a trabajar en conjunto con la Junta de Vecinos Nº 48. Tatiana Lizama, directora del movimiento social, empezó a gestionar redes para analizar las implicancias urbanas, estructurales y sociales junto a Gloria Flores, arquitecta y máster en Diseño y Cálculo de Edificios, además de exmiembro de No + Edificios. Flores analizó en profundidad el proyecto y encontró muchas irregularidades que permitieron argumentar lo perjudicial que sería para la comuna. “Nos mueve la comunidad, la convivencia sana y el bienestar de nuestros vecinos”, sentenció Lizama.
Asimismo, empezaron a recopilar todos los documentos de gestión y obras municipales para poder sustentar el conflicto con el proyecto. Incluso, reunieron más de mil firmas con las y los vecinos para enviarle una carta a Luis Sanhueza, alcalde en ese momento, mostrando todas las irregularidades, lo que permitió presentar a fines de 2020 el documento a la Contraloría General para que se anularán los permisos de construcción.
El malestar fue tanto que se realizaron varias manifestaciones sociales en parques e incluso frente a la municipalidad, con lienzos y cacerolas, exigiendo que el proyecto no se realizara. También iniciaron campañas a través de redes sociales para informar y concientizar sobre el impacto negativo que traería este nuevo “mega barrio”.
Incluso, hicieron convocatorias con varios candidatos a alcalde en ese momento. Una de esas candidatas, quien después fue electa alcaldesa -Erika Martínez- se comprometió a ayudarles, pues ella argumentaba que “no queremos más edificaciones, nos faltan áreas verdes, necesitamos un parque para los vecinos” ya que actualmente San Miguel tiene un déficit importante de áreas verdes.
David contra Goliat
El objetivo principal de los vecinos era que se invalidaran los permisos, se expropiara el terreno o que el Estado comprara los mismos, pero para interponer demandas legales necesitaban un apoyo y respaldo jurídico, y fue a través de la autogestión que lograron conseguirlo con la alcaldesa Martínez y comenzaron a interponer demandas en el Ministerio del Medio Ambiente y en la Dirección Regional del Medio Ambiente, quienes apoyaron a la organización vecinal al interponer un recurso de protección en contra de la inmobiliaria.
A lo anterior se suma que con la renovación del Plan Regulador actual se desincentivan las edificaciones, lo que permite más tranquilidad para los vecinos. Fueron ellos mismos quienes a través de iniciativas propias y espacios de encuentro comunitario lograron demandar en conjunto las irregularidades que existían, y reafirmar su postura en cuanto a las edificaciones, pero esto también tuvo un costo físico, económico y mental,
Lizama afirmó: “Dejé los pies en la calle. Esta lucha nos alegra el alma, pero impactó fuertemente en nuestra economía”.
La vivienda en San Miguel
La población de San Miguel ha crecido exponencialmente en los últimos años. Según el reporte comunal de 2023, la comuna creció un 32 por ciento respecto del Censo de 2017, en comparación a nivel país, que creció tan solo un 13,3 por ciento. Esto afectó a la comuna por la falta de terrenos para la construcción de viviendas, siendo el único terreno disponible Ciudad del Niño.
Se trata de una comuna con un déficit cuantitativo de más de 3 mil viviendas de acuerdo a un diagnóstico de Déficit Cero con los datos extraídos del Censo 2017, y esto, con una proyección de una deuda de casi 5 mil viviendas para los próximos años.
San Miguel crece para arriba, con una gran cantidad de edificios y un déficit de espacios verdes. Actualmente son 2,3 metros cuadrados de áreas verdes por habitante, muy lejos de las 4,5 del promedio regional. Pese a ello, fue posicionada dentro de las comunas de calidad alta por el Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU) elaborado por el Instituto de Estudios Urbanos UC, dirigido por el doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, Arturo Orellana, de 2023.
De acuerdo al mismo estudio, la comuna es atractiva por su:
- Conectividad y movilidad.
- Condiciones socioculturales.
- Salud y medio ambiente.
Estas características se encuentran en el parámetro alto, mientras que vivienda y entorno se encuentran en calidad media baja, lo que se explica por el déficit de áreas verdes y de vivienda. Esto se condice con el aumento de la demanda de arriendos en San Miguel.
Su cercanía a Santiago centro, formar parte de la Línea 2 del Metro, el tener cuatro universidades y el Hospital Barros Luco, transforman a El Llano en un sector ideal para arrendatarios jóvenes -entre 30 a 44 años- con mejores expectativas laborales, quienes configuran casi el 30 por ciento de la población de San Miguel. En esta zona, los arriendos de departamentos parten desde los 360 mil pesos, siendo la mayoría de 400 mil, más los gastos comunes.
Cabe recalcar que de acuerdo al reporte comunal de 2023, un 8,4 por ciento de personas carecen de servicios básicos en sus hogares, mientras que un 5,7 por ciento se encuentra en calidad de hacinamiento en San Miguel.
Asimismo, pese a que concentra una tasa de pobreza por ingresos de un 2,2 por ciento, a nivel multidimensional, la tasa se encuentra en un 12,9 por ciento, respecto al 16,9 por ciento de la Región Metropolitana.
Ciudad del Niño
Son 13.5 hectáreas de terreno, pero hace unos años era aún más grande. Inaugurada el 23 de diciembre del año 1943 durante el gobierno del radical Juan Antonio Ríos, Ciudad del Niño tuvo como objetivo principal “conjugar el ideal de protección de la infancia con un modelo de atención familiar”; esto quiere decir que no sólo albergaba a niños huérfanos, sino que también a niños de familias de escasos recursos que no podían cuidar de ellos en la semana.
Durante sus ochenta años de actividad, miles de niños vivieron y crecieron en esa pequeña ciudad desde su inauguración hasta su cierre en 2003, a causa de una ley que modificó el sistema privilegiando la creación de residencias familiares.
En el año 2020, el terreno se vio amenazado por un megaproyecto inmobiliario privado de Inmobiliaria Maestra S.A. que pretendía la construcción de 23 torres y con ello la llegada de más de 21 mil habitantes, una quinta parte de la población actual.
Gracias a la gestión de No + edificios, con los rostros visibles de su fundadora, Lizama, y la arquitecta Flores, en conjunto con la actual alcaldesa Martínez -quien en su calidad de concejala comenzó a apoyar la causa-, además del fallecido diputado Guillermo Teillier (PC), lograron que el Servicio de Vivienda y Urbanización de la Región Metropolitana (Serviu) comprara el terreno de la fundación el año 2023 para formar parte del Plan de Emergencia Habitacional, bautizado como Plan Urbano Habitacional (PUH).
Dicho Plan constará de 4,5 hectáreas de un parque administrado por Parquemet, y el resto estará destinado a albergar más de 1.800 viviendas, una cifra prometedora ante el déficit actual. De acuerdo a la alcaldesa Martínez, quien se reunió con el Serviu el pasado lunes 18 de noviembre, estas cuatro hectáreas se destinarán exclusivamente al parque abierto a la comunidad, mientras que el resto serán áreas verdes para los residentes.
El levantamiento de edificios trajo consigo múltiples problemas estructurales, tales como de drenado, presión de agua y voltaje de luz. Este es el caso de la calle San Petersburgo, donde la misma constructora que quiso comprar el terreno que quedaba de Ciudad del Niño, construyó seis torres con 1.144 departamentos de 42 metros cuadrados cada uno, trayendo consigo un exceso de basura que recoger, a tal punto que los camiones de basura pasaban un día extra en ese sector únicamente para recoger los residuos de los residentes de ese edificio.
Es por ello que en 2016 el Plano Regulador Comunal fue modificado con el fin de disminuir la cantidad de pisos por edificio y la cantidad de habitantes por hectárea. En relación a esta normativa, sólo el 35 por ciento de la superficie comunal permitirá edificios de hasta diez pisos, dependiendo de la zona, y el 65 por ciento deberá ser más bajo. Asimismo, aumenta en 4,8 hectáreas las áreas verdes de la comuna, resguardando plazas y parques de ser reemplazadas por edificaciones, esto, dado el déficit anteriormente mencionado.
El proyecto del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) plantea modificar en el terreno Ciudad del Niño a través de su Plan Maestro cambiando el trazado antiguo proyectado en Avenida Centenario, el cual propone que esta vialidad se bifurque en dos ramales generando un área verde central: “El nuevo trazado elimina la bifurcación de la avenida, unificándola en un solo tramo, con el fin de brindar mayor superficie al parque y
conservar el Monumento Nacional en su totalidad”.
Se van a considerar zonas normativas:
- Zona Habitacional Mixta de Densidad Media, que permite edificación en altura de un máximo de ocho pisos;
- Zona Habitacional Mixta de Alta Densidad, permitiendo una edificación de máximo quince pisos; éstas dos estarán sujetas a destinos residenciales, comerciales y de servicios.
- Luego están las zonas del parque y las áreas verdes clasificadas en dos: privadas y abiertas.
Al respecto, la alcaldesa de la comuna, quien entregará el cargo este 4 de diciembre a Carol Bown (UDI), asegura que cambiar el Plano Regulador va más allá de la edificación: “Este terreno hay que urbanizarlo completamente. Hay que hacer de nuevo el alcantarillado y pedir permiso a Aguas Andinas por la presión del agua. Es un Plan Maestro, por lo que también habrá nuevas calles para descongestionar San Petersburgo”, con el fin de proteger el derecho a la ciudad y no entorpecer la calidad de vida de los y las habitantes aledaños.
Respecto de las viviendas, serán 1.874 en total, de las cuales un cuarenta por ciento serán destinadas a viviendas de venta libre, el otro cuarenta por ciento a viviendas sujetas a subsidios habitacionales para la clase media, y el veinte restante a arriendos a precio justo supeditadas al programa de la municipalidad. Además, nueve de los quince comités de vivienda que existen en la comuna tienen asegurados ochocientos cupos.
Esto se enmarca bajo la Ley 21.450 de integración social en la planificación urbana, que básicamente permite al Minvu implementar políticas y programas habitacionales que permitan integrar tanto a personas que compren a venta libre dichas viviendas, y también a aquellos que acceden a éstas a través de subsidios y beneficios estatales. Esto lo hace a través de la adquisición de terrenos de interés públicos insertados en las ciudades, tal y como Ciudad del Niño.
Esta situación le causó ruido a la arquitecta Flores, ya que expresa que el diseño es inadecuado porque “no se adapta a las características topográficas y del terreno del sector”. Asimismo Flores asegura que no hay un estudio sobre el impacto ambiental en la flora y fauna de la comuna.
Por otro lado, Flores aseveró que “el proyecto viola las normas técnico urbanísticas que permiten un aumento considerable en la cantidad de viviendas lo que se contradice en el punto de construir más de 1.200 viviendas sociales”, algo que se ve modificado con este nuevo Plano Regulador que entregó el Minvu para ese sector en específico.
Asimismo, redactó una Propuesta de Replanteamiento para la Zonificación en la Seccional de la Ciudad del Niño pero no tuvo una respuesta oportuna y adecuada a su solicitud. Respecto al proyecto, Flores planteó que “hay una necesidad de que se considere la disposición de edificaciones de mayor altura y densidad para que funcionen como bordes de un parque lineal y central, el cual ofrece un espacio abierto para distintas actividades comunitarias, lo que permitirá conciliar el desarrollo urbano con las expectativas y
necesidades de la comunidad de San Miguel”.
Respecto del impacto económico para la municipalidad y la comunidad, el sociólogo y exfuncionario del Minvu del gobierno de Michelle Bachelet, Sergio Valdés, aseguró que “el proyecto gubernamental impacta económicamente a la administración municipal” ya que traerá a vivir a más de 5 mil personas, esto puede ser complejo ya que existe un déficit de empleo en la comuna. Según el ICVU de 2023, San Miguel tiene bajas condiciones laborales, lo que podría empeorar con este aumento de habitantes.
Diagnóstico junto a la comunidad de Ciudad del Niño
Actualmente, el proyecto ya va camino a la licitación. Luego de un diagnóstico integral inicial, con la participación de más de setecientos vecinos y vecinas, asimismo con especialistas en vivienda y urbanismo, ARDEU y Equidad Urbana, la edil afirmó que el proyecto se encuentra asegurado, para que cuando entregue el mando no se arriesgue a sufrir ninguna modificación.
Dentro de este diagnóstico inicial, se determinó que el PUH Ciudad del Niño resulta relevante para tres comunas al encontrarse en un área limítrofe de San Miguel, compartiendo puntos con La Cisterna y San Ramón. Esto le permite actuar como un “puente que conecte áreas urbanas actualmente separadas y reducir las brechas en estándares y acceso a servicios urbanos esenciales para las tres comunas”.
Por otro lado, es catalogado como un “pulmón verde”, ya que en el sector donde se emplaza este proyecto se registran 2,79 metros cuadrados de áreas verdes por habitante, muy por debajo de los diez metros cuadrados establecidos por el Sistema de Indicadores y Estándares de Desarrollo Urbano.
Por su parte, el jefe de cartera del Minvu, Carlos Montes, valoró el proceso ya que se trata de la “vivienda pública”. Al respecto afirmó que “este proyecto busca integrar el área verde con la vivienda. Es una manera de ir construyendo ciudad con otro estándar, con otras características, siempre pensando en la convivencia y el desarrollo de los seres humanos como lo fundamental”.
Algo que caracteriza al PUH Ciudad del Niño es la conexión urbana, lo que permite democratizar el espacio verde, debido a que contará con cuatro calles de acceso y transporte público que permitirá el ingreso de los pobladores y mejorar el tejido social-urbano entre las personas. Tal como aseguró Martínez, Ciudad del Niño “no es solo construir viviendas, sino que es construir ciudad, poder tener acceso a servicios básicos, a conectividad y hoy un terreno como este, en medio de la ciudad, en medio de una comuna como San Miguel, garantiza eso, que las vecinas y vecinos de Ciudad del Niño no solo tengan una vivienda, sino que una ciudad alrededor».
Comentarios