Música fusión y mezcla artística: la propuesta de la banda Cuales i Quienes

Escrito por el julio 26, 2019

Max Villalobos y Marcelo Aguayo son oriundos de Temuco. Casualmente se encontraron en Santiago y dieron vida a la banda Cuales i quienes, que este 26 de julio lanzará el vídeo oficial de su sencillo más reciente, «Sábados sin dormir».

Está nublado, se avecina una tenue lluvia en la comuna de Providencia. La caída de las gotas se funde entre el ruido de las micros y el murmullo ciudadano. Marcelo Aguayo, vocalista de la banda “Cuales i quienes”, camina con un solo objetivo en mente: identificar el sonido perfecto para adornar alguno de los temas de la banda. Al cumplir su cometido, vuelve en bicicleta a su departamento ubicado a la altura de metro Tobalaba. Con emoción abre el computador para mostrarle a su compañero de banda, Max Villalobos, su más reciente descubrimiento musical: los campanazos de la Iglesia de la Divina Providencia.

La banda, nacida el año 2016 en Santiago, coincidentemente tiene entre sus filas casi solo a miembros temucanos. La propuesta musical es variada, mezclando géneros que van desde el folk-rock hasta el blues. Ellos la definen como “música fusión”, donde los sonidos representan estilos diferentes para cada uno de los oyentes. Un concepto que se asume como ambicioso y que saca a relucir el amplio abanico musical manejado por sus integrantes.

Gigantes de la música universal como Spinetta, The Beatles y Violeta Parra, son parte de las referencias que Cuales i quienes busca plasmar en su estética miscelánea. Sin embargo, la banda no limita su búsqueda a lo musical, sino que extiende su desarrollo artístico a otras formas del conocimiento humano. “Hurguetear en lo ya producido y refundirlo a través de la música”, de la mano de herramientas como la poesía, la literatura o la ciencia, inspirados en autores y académicos como la poetisa uruguaya Idea Vilariño o el físico y filósofo austríaco Erwin Schrödinger, es parte de su trabajo artístico, relata Marcelo. 

¿Cómo definirían la banda?

Max: Lo definiría como un grupo de compositores, los cuales, si bien tocan un instrumento, no se quedan ahí, sino que se involucran en el proceso creativo, dentro de todo este menjunje musical y artístico.

Marcelo: Un grupo de amigos, igual. A pesar de que veníamos de Temuco, no nos conocíamos, nos cachábamos un poco, sin embargo, cuando empezó la banda, recién nos comenzamos a descubrir, como artistas, como personas. Nos fuimos dando cuenta que podíamos lograr algo que tuviera coherencia, y que buscábamos más o menos lo mismo, tanto en el relato, como en la estética de la banda.

Luego de escuchar unas tres veces la grabación del toque de campanas, Marcelo se levanta del sillón y el resultado es más música. De un compartimento de su rack, saca la versión en vinilo de “El Jardín de los Presentes”, álbum de la banda Invisible, una de las tantas del flaco Spinetta. Al ritmo del Capitán Beto, del cual admiten sentirse ciertamente influenciados, van surgiendo temáticas artístico-sociales, de las cuales la banda no se queda al margen.

¿Cómo ven el tema del centralismo musical en Chile?

Marcelo: Yo lo considero como algo fáctico. Es un hecho, todo sucede aquí en Santiago, a groso modo. Desde festivales a los múltiples espacios más pequeños que hay para tocar. Además, también pasa por un tema de audiencia, que va directamente ligada con la cantidad de población. Creo que es algo que no se puede esquivar, pero si se le puede hacer frente. Siento que nosotros, siendo de Temuco, cargamos con una cierta conciencia respecto a eso, de visibilizar lo que se lleva a cabo en regiones. 

Max: Igual creo que hay que destacar que esto no solo se limita al ámbito del entretenimiento, sino que también tiene mucho que ver con la educación artística en general. Si bien en Temuco, a veces se pueden pillar carreras como Artes Visuales, Música, entre otras, son casos aislados. Esto se suma al hecho de que Temuco es mucho más pequeño que Santiago. Además, tiene sus tendencias políticas súper marcadas, haciendo que a veces dentro del núcleo familiar no sea muy bien visto el arte. El contexto tampoco te ayuda, porque uno no pertenece a familias de artistas, que en ese sentido te nutran. Tus papás te preguntan ‘¿quiere estudiar música?’ Y te ponen todas las trabas posibles para que no lo hagas, no tienen ese feedback de su haberlo querido a tu edad, que los haga evaluarlo un poco más. Hay mucho autoritarismo por parte de la familia y uno no tiene la variedad para escoger.

¿Quizás en Temuco son un poco más conservadores?

Marcelo: ¡Son súper fachos en Temuco! (risas) De hecho, cuando se votó el plebiscito, fue una de las únicas regiones donde ganó el “Sí”, y todavía se sigue perpetuando eso, la derecha sigue ganando mucho. Son cosas frente a las que uno no se puede hacer el tonto.

Max: Y también está el tema de la prensa en Temuco, que todo el tiempo lleva a cabo esta desinformación.

¿Creen que haya un poco más de resistencia frente a los medios hegemónicos en el sur?

Marcelo: Hay frente y hay resistencia, pero está súper subyugada y escondida, de repente por la misma prensa. También influye el mismo conservadurismo que hay, que es puro miedo a que cambie el status quo o el orden que hay en la sociedad, o al menos eso es lo que pienso.

El disco avanza, comienza a sonar su “lado B”. Luis Alberto Spinetta llena toda la habitación con su canto: “200 años, ¿de qué sirvió?(…)”, tema inspirado en la proeza del nadador argentino Antonio Abertondo, quién cruzó nadando de ida y vuelta el Canal de la Mancha, pero que también se puede interpretar como un grito desesperanzado frente al sometimiento que aún continúa en Latinoamérica, a pesar ser declarados “independientes” hace más de “200 años”. 

«Solamente un mapuche te puede decir cómo se vive»

En un contexto nacional en el cual existe una continua represión hacia los pueblos originarios, Marcelo y Max se refirieron a la situación que hoy vulnera las libertades de cientos de personas al sur del país, zona de la cual proviene la mayoría de los integrantes de la banda.

¿Cómo ven el conflicto mapuche en el sur de Chile?

Marcelo: Nadie vive la causa en carne propia si no es mapuche. Todo lo demás nosotros lo podemos entender de forma histórica, teniendo una opinión crítica. Quizás lo más difícil de venir de allá, es la impotencia que existe, no solamente con la injusticia de la vulneración y usurpación de las tierras, sino por esta xenofobia y racismo que también están muy presentes en Temuco, en los colegios… en todos los lugares, a pesar de los planes del gobierno para incluir a la gente mapuche. El sometimiento, quizás no se puede ver tan presente en la ciudad, sin embargo, si uno va a terrenos rurales, ahí si la causa se respira.

Max: La identificación o el conocimiento de la causa igual tiene mucho que ver con el contexto en el que uno creció. Yo nunca tuve una cercanía a la causa mapuche y, en mi familia, nunca hicieron despertar la conciencia de lo que estaba pasando. Mi familia tiene su pensamiento, mi contexto igual lo tuvo, y ya, cuando me vine para acá, y tomé lejanía de la situación, empezó a sonar la primera alarma. Cuando volví a Temuco, ahí lo vi de forma diferente, y no la ciudad en sí, sino que toda su zona y los alrededores. Nosotros somos músicos, creemos que desde acá tenemos cierta voz y podemos aportar en ideas…

Marcelo: Puede ser un arma, perfectamente…

Max: Igual, uno trata de aportar con las armas que uno tiene, involucrarse más, crecer en ese sentido. Nosotros lo vemos desde nuestra posición, actualmente estamos acá en Santiago, entonces no tenemos la posibilidad de estar en el meollo del asunto, compartiendo humanamente 24/7. Quizás en un futuro, mediante el proyecto conozcamos más y queramos involucrarnos, a través de una idea concisa. La idea tampoco es ir allá y dar jugo

Marcelo: La idea es no apropiarse culturalmente de nada, de una causa que no es la tuya. Solamente un mapuche te puede decir cómo se vive. Igual nosotros tenemos nuestros acercamientos abstractos a la cultura mapuche, por ejemplo en el EP (“Cuales) hay un trompe, pero son cosas con las que nos quisimos aproximar y dar guiños, también, de lo que nosotros pensamos y valoramos de la cultura mapuche.

«Recovecos experimentales»

La banda, que ya trabaja en la realización de su primer LP (por sus siglas en inglés, long play), fue poco a poco ganándose un espacio entre la escena emergente chilena, siendo un punto de inflexión la creación de su primer sencillo (EP) «Cuales», material autogestionado lanzado a mediados de 2017, que ya acumula casi 16 mil reproducciones en Youtube.

¿Podrían comentarnos un poco acerca de su elaboración?

Marcelo: El EP fue totalmente autogestionado, aunque con un empujoncito, ya que fuimos invitados a grabar la mayoría de los instrumentos y voz a un estudio. Lo hicimos en cuatro sesiones sumamente acotadas. Nos invitó un estudiante de sonido, Luciano Riquelme, amigo de la banda y también oriundo de Temuco. Para formarlo elegimos entre un total de siete temas, y quedaron esos cuatro, ya que reunían rasgos estéticos similares, aunque cada uno con una esencia particular. 

El arte del disco fue obra de Diego Rosales, pintor oriundo de Contulmo, pueblo ubicado en la región del Bio-Bio, ciudad natal de Marcelo. Emocionado y comprometido con el proyecto musical, dejó a disposición de la banda toda su obra, la cual sometieron a un exhaustivo análisis de un mes, terminando por elegir la pintura que luce en la carátula del EP “Cuales”.

¿Cómo ha sido la realización del LP?

Max: En contraste con el EP (solo cuatro temas), el proceso de grabar el LP (13 temas) ha sido complejo, largo, divertido (…) la dificultad ha incrementado exponencialmente, no solo por el número de canciones, sino por la cantidad de arreglos. Esta búsqueda de generar estilos diversos, provoca 13 vórtices, batallando por darles a cada uno su identidad. 

Marcelo: Para mi realmente ha sido emocionante ver el proceso, de lo que en un principio eran temas brutos, que se fueron complejizando en capas cada vez más completas, hasta llegar propiamente tal, a la capa más sutil y más rica como es un arreglo de cuerdas escrito por nosotros mismos. También ha sido entretenido buscar recovecos experimentales. Hemos recorrido la ciudad con micrófonos grabando detallitos, como campanas, entre otros sonidos cotidianos, que puedan servir para el concepto del disco. Este LP busca ser sustancial, elemental, de un cambio respecto a cómo se mira la música chilena, no solo desde dentro, sino también desde el extranjero.

A principios de Julio sale su primer sencillo, el cual será seguido por dos más, que se liberarán hasta octubre, cuando en definitiva salga el álbum completo. El sonido de cada uno de los temas del LP se fue edificando en base a las tocatas de la banda, intentando, posteriormente, incorporar una serie de efectos y arreglos a cada canción.

A lo largo de estos dos años diseñando el álbum, la banda se ha ido enriqueciendo y profesionalizando, a tal punto que, ahora mismo comenzarán a trabajar con un agregador llamado One RPM, el cual les ayudará a mostrar su trabajo de manera más masiva, a través de redes sociales y diferentes plataformas.

¿Cuál es su mayor objetivo como banda?

Marcelo: Nuestro único fin es hacer música. Nosotros nunca hemos pretendido ganar plata o hacernos ricos con esto. Queremos tener las condiciones de poder sustentarse a través de la mùsica y sustentar el proyecto.

¿Qué es lo nuevo que se viene para “Cuales i quienes”?

Marcelo: Se viene mucha música. Inmediatamente se lanzará el video a plataformas digitales y el sencillo en julio. El disco se irá lanzando poco a poco y será estrenado en octubre.

 

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