Casa Palacio: la democratización y la autogestión cultural

En 2021, Casa Palacio abrió sus puertas al público con una misión clara e importante: democratizar el acceso y participación a actividades culturales y artísticas. La tarea más difícil es rehabilitar el espacio que aloja el proyecto, el edificio poniente del Palacio Elguín, ubicado en pleno barrio Concha y Toro, en Alameda #2133. Durante 2014 fue declarado patrimonio nacional, que puso en valor la relevancia arquitectónica del lugar, pero que también significó el surgimiento de barreras burocráticas que dificulta su restauración. 

Por: Dani Gajardo

Hoy, a dos años de su funcionamiento, no solo alberga exposiciones artísticas, sino también un sinfín de actividades culturales, desde talleres de circo hasta clases de tango. 

En Alameda #2133, se ubica el edificio poniente del Palacio Elguín, donde se instala Casa Palacio. Cuenta con 5 pisos en una propiedad de 1.700 metros cuadrados, que alberga alrededor de 20 talleres y actividades culturales, distribuidas en las 7 salas que dispone el centro cultural.  

Casa Palacio posee una sala exclusiva de Artes Visuales de la Universidad de Santiago de Chile (Usach). Funcionan en conjunto desde el 2022, donde han alojado seis exposiciones, con el fin de  “promover la cultura y la mediación artística tanto a la comunidad universitaria como al público general”. 

La última exhibición fue “El Sol no Sale del Poniente”, compuesta por 15 artistas provenientes de siete regiones del país, quienes presentaron una serie de pinturas que “dan luz a un estilo prominente, invitando a conectar con un lenguaje directo por medio de la vida cotidiana y su representación íntima”.

Los talleres se realizan desde las 11:00hrs hasta las 21:00hrs, mientras que la Sala de Artes Visuales de la Usach, abre sus puertas de miércoles a viernes de 15:00hrs hasta las 20:00hrs, y sábados desde las 11:00hrs, hasta las 18:00hrs. 

“La Palacia”, como le dicen les colaboradores a la organización, también cuenta con arriendo de salas y talleres. Además, aceptan otras formas de retribución para organizaciones sociales. Se trata de acuerdos entre el equipo de articulación de Casa Palacio, y quienes quieran usar el espacio.

¿Cómo nace Casa Palacio?

El Palacio Elguín, es un edificio construido en 1887, para el empresario minero Nazario Elguin y su familia. Nazario Elguín fue el primer dueño de la mina de cobre Los Bronces, ubicada en la Región Metropolitana. Elguín forjó una de las mayores fortunas del país en el siglo XIX, lo que lo llevó a ser parte de una nueva clase social asociada a la burguesía. En 1885 compró un extenso terreno a los Mercedarios y encargó al arquitecto alemán, Teodoro Burchard, la construcción de su palacio en la Alameda con Avenida Brasil. 

En la década de los ochenta, el empresario inmobiliario, Etelvino Villanueva González, compró en un remate a la familia Elguín el edificio central y poniente del palacio. Al momento de su muerte, la parte poniente la heredó su hijo, Hugo Villanueva López. Treinta años después, en 2010, a su nieta, Camila Villanueva, le piden que visite la propiedad para evaluar su estado. Ese día, Camila se enamoró. Se encontró con un palacio deteriorado que tenía mucho potencial cultural. 

La artista visual y mediadora cultural, Camila Villanueva, se enfrentó a un desafío: rehabilitar un espacio patrimonial del siglo XIX. Junto a su familia, trabajó en la restauración del espacio durante 10 años. 

En 2013 presentaron el proyecto de rehabilitación al Consejo de Monumentos Nacionales. Luego, en 2014 el edificio poniente y central del Palacio Elguín, fueron declarados patrimonio de la humanidad, así que tuvieron que reformular el proyecto. Se demoraron 6 años en tener todos los permisos del Consejo de Monumentos Nacionales, y de la Municipalidad de Santiago. Recién en el 2018 comenzaron el proceso de rehabilitación. 

Las estadísticas y la democratización

En el artículo 15 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el que el estado de Chile ratificó, explica que toda persona tiene derecho a “participar en la vida cultural”. La Red Internacional para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales explica: “el derecho a participar en la vida cultural tiene elementos tanto individuales como colectivos. Pueden ejercerse como un individuo, en asociación con otros, o dentro de una comunidad o grupo.”

En este sentido, la ley 21.045 que crea el ministerio de las Culturas, el Arte y el Patrimonio, se propone “promover y contribuir al desarrollo de la creación artística y cultural”.

En diciembre del 2023, el Instituto Nacional de Estadísticas junto con el ministerio de la Cultura, el Arte y el Patrimonio, publicaron los resultados de “Estadísticas Culturales, Informe Anual 2022”, el documento más actual de este tipo, donde dan a conocer cuánto consumo cultural y artístico hubo en ese periodo, entre otras cifras. 

El documento señala que el empleo cultural representa el 1,6% del total nacional, con 142,893 personas ocupadas en Actividades Características de la Cultura (ACC) en 2022.

Asimismo, el 77,0% de las personas que trabajan en actividades características de la cultura, se encontraban bajo formalidad laboral en el año 2022, mientras que el 23,0% era informal. En comparación con el total nacional, el empleo cultural muestra mayores niveles de formalidad (77,0% vs. 72,8%), y la recuperación del trabajo formal en ACC fue ligeramente más lenta que en la economía general durante el periodo 2018-2022.

En dicho informe explican que el 61,3% de personas que trabajan en las artes y culturas eran dependientes laboralmente en 2022, mientras que el 38,7% eran independientes. Aunque el empleo cultural tiene una menor proporción de dependientes en comparación con el total nacional (61,3% vs. 75,5%), la tendencia muestra una disminución del empleo dependiente en cultura desde 2018.

Por su parte, el proyecto de ley de Presupuestos para el Sector Público 2023, anunciado por el Presidente de la República Gabriel Boric, contempla un gasto público total de US$81.581 millones, lo que representa un aumento del 4,2% en comparación con 2022.

En términos específicos, el presupuesto para cultura en 2023 se enfocó en implementar el programa de gobierno en cultura, la recuperación de espacios públicos, la reactivación del sector cultural y el fortalecimiento de la inversión en infraestructura cultural. Además, se proyecta la continuación de la implementación y descentralización de la institucionalidad cultural.

El presupuesto propuesto para el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en 2023 ascendió a $282.253 millones, lo que representa un aumento significativo de $38.719 millones con respecto al presupuesto de 2022. Este incremento del 16% es el mayor en 8 años para la cartera, marcando un cambio significativo en la inversión gubernamental en el sector cultural.

A pesar de los esfuerzos del Estado de “llevar la cultura”, para el presidente del Centro Cultural Gabriela Mistral, Tomás Peters, se trata de un esfuerzo en vano, como explicó en una columna para Palabra Pública. Para el sociólogo, son barreras de acceso determinadas por factores como el capital cultural e ingreso económico. Es decir, el acceso a la cultura está mediado por cuánto sabes de arte y cultura y también por cuánto puedes pagar por acceder a ella. 

“Las últimas investigaciones demuestran que la estructura social de acceso a las artes no ha experimentado cambios significativos en las últimas dos décadas”, explica Peters, y asegura que el mercado de la industria cultural internacional sigue acaparando el interés de las audiencias y de las instituciones. 

Para Peters, la inversión pública sigue enfocada en financiar infraestructura y acceso al “arte de calidad”, mientras las nuevas generaciones “sienten que sus preferencias y prácticas culturales están mediadas por las tecnologías abiertas y la resistencia cultural barrial, sumado a las nuevas formas de creación artística en base a tutoriales por YouTube o siguiendo a “promotores culturales” por unas redes sociales cada vez más expandidas”, explica el presidente del GAM. 

Según Peters, “expandir el acceso al arte tradicional no sirve de nada si no se reconocen las prácticas culturales situadas: aquellas que hacen sentido en los tránsitos biográficos de los individuos”.

El desafío de los espacios culturales

De acuerdo al estudio Diagnóstico y Caracterización de los Espacios Culturales de la Región Metropolitana, publicado en 2017 por el Observatorio de Políticas Culturales, hasta esa fecha, existían 181 espacios culturales en la Región Metropolitana. 52 de ellos, son autogestionados, es decir, el 28,7%, mientras que solo 73 de ellos eran financiados por alguna institución pública, es decir, el 40%. 

La artista visual, gestora patrimonial y miembro del equipo fundador del centro cultural Casa Palacio, Camila Villanueva, explica que urge democratizar la cultura, y difuminar las barreras de acceso.  “Dentro del diagnóstico que hemos hecho nos dimos cuenta que no todos los centros culturales están tan disponibles para los colectivos o organizaciones artísticas y culturales”, explica. “Los con más trayectoria tienen ciertos filtros. Acá intentamos darle la posibilidad a todes, y ser un espacio de fogueo para los colectivos o agentes culturales que están recién comenzando”, agrega. 

Para Villanueva, la cultura es un proceso necesario que nos hace reflexionar. “La cultura tiene una responsabilidad social. Me encantaría que fuéramos un agente de cambio. El arte y la cultura tienen una capacidad transformadora que nos hace reflexionar y cuestionarnos cosas sobre nuestro entorno. Nos tienen muy adoctrinados, así que es necesario este proceso”, explica. 

El centro cultural cuenta con una ubicación privilegiada en pleno centro de Santiago. Con el propósito de vincularse con el territorio, la organización trabaja en conjunto con cooperativas de abastecimiento del barrio Concha y Toro, Brasil, y República. Solo durante 2022, su segundo año de funcionamiento, el espacio reunió 24 asambleas comunitarias. 

“Hay muchos lugares patrimoniales que son súper estrictos con las visitas guiadas, acá no. Si llegas y dices que quieres conocer el lugar, van y te lo muestran”, explica Belén Borquez, visitante del espacio.

En este emocionante viaje de dos años, Casa Palacio ha emergido como un faro brillante de democratización cultural en pleno corazón de Santiago. La restauración del majestuoso Palacio Elguín, iniciada por la visionaria artista visual y gestora patrimonial, Camila Villanueva, ha transformado no solo un espacio físico, sino también la manera en que la comunidad participa en actividades culturales y artísticas. Más allá de ser un mero espectador, Casa Palacio ha abierto sus puertas de par en par, acogiendo a colectivos, artistas emergentes y organizaciones sociales.

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