Entrevista a Carolina Rojas Neculhual: Corazón de Weichan, el poder femenino en Wallmapu

Escrito por el noviembre 16, 2022

La periodista y escritora de origen mapuche Carolina Rojas Neculhual publicó su último libro titulado Corazón de Weichan. A través de ocho crónicas de mujeres mapuche, se nos permite navegar aquellos rincones históricamente renegados de la sociedad chilena.

Por: Claudia Ávila Bravo

Autora de “Abandonados: Vida y muerte al interior del Sename”, fundadora y directora del medio digital con enfoque feminista La otra Diaria, Carolina Rojas nos sorprende con un nuevo relato de no ficción. Años bastaron para comprender su historia y la de su familia de origen mapuche. Al respecto siempre sintió una tarea pendiente, llevar ese mundo – íntimo – de lucha y de amor hacía todas aquellas personas que no pertenecen a comunidades mapuche.

Entrevista a Carolina Rojas Neculhual

 ¿Cómo nace la idea de recolectar estas memorias?

Llevo como 10 años haciendo cobertura en las comunidades en resistencia. Una de las crónicas que mas me gustó fue una que escribí para la revista Anfibia hace 10 años. Ahí tuve la posibilidad de conocer la comunidad de Temucuicui y después conocí otras comunidades. Muchas de las mujeres entrevistadas las sigo hace tiempo, sigo su historia hace casi una década, así como hay otras que incorporé después. Me recuerdo que el historiador Martín Correa en un momento me dijo que escribiera sobre mujeres mapuche y la idea la verdad es que siempre me estuvo dando vueltas. Mi segundo apellido es mapuche -Neculhual- yo soy mapuche y desde hace mucho tiempo me pareció correcto sincerar el lugar desde donde uno escribe como gesto político.

Cómo a mi me interesaba el tema y porqué me interesaba. Justamente radicaba en que se entrelaza con el feminismo antirracista que también me interesa y creía super necesario salir de la caricatura que existe en Chile de cómo se habitan ciertos territorios y cómo se habitan ciertos cuerpos. Siempre esta el tema de la “peligrosidad mapuche” y es que muy poco se habla de las mujeres y de las lideresas, del trabajo que hacen en las comunidades, es un trabajo donde convocan a mucha gente en la defensa de ríos, de bosque nativo, y de visibilizar las situaciones que viven de violencia. Que fuera un retrato íntimo de ellas fue el desafío mayor, les cuesta hablar de sus desafíos personales, siempre dicen que sus luchas son colectivas, por ejemplo, con la machi Millaray Huichalaf.

Pero una vez que comenzaban a relatar, les gustaba, hilar las memorias sobre la represión, sus saberes, medio ambiente, las hierbas, curaciones y la revitalización del Mapudungun, pero también tenían muchos recuerdos dolorosos del cotidiano. Vivir entre drones, encarcelamiento porque siempre tienen algún primo, hermano o ellas mismas. Pero por otro lado está la dignidad con que enfrentan esa represión.

Plasmar visiones íntimas de mujeres mapuche

¿Qué marcó el punto de inicio para decidir escribir el libro?

Yo creo que el feminismo. Empezar a leer a muchas autoras. Hay una escritora que se llama Yásyana Aguilar, mexicana, que dice que ningún conflicto se arregla invisibilizando. Por eso hablo de este retrato íntimo, por que siento que se habla mucho de una caricatura y pese a que conocemos la historia de muchas como la machi Millaray, la conocemos poco en su intimidad, en lo que piensan, en sus dolores, o en la dignidad con que enfrentan el encarcelamiento. Lo que mas se repetía dentro de estos dolores atávicos, fue la muerte de Camilo Catrillanca, principalmente porque ahí marca un hito en un miedo respecto a sus familias, que es perder un hijo.

También mencionaban mucho el tema de Emilia “Bau” Herrera, esta nueva forma de violencia más hacia el sur, que tiene relación con los proyectos inmobiliarios que surgen en estos territorios bastante más requeridos por el turismo y esta especie de sicariato. Si vamos a hablar de violencia, hablemos de esas violencias también. Una chica trans de Santiago, que se va unos años y termina asesinada, ese es el nivel de violencia con el que estamos hablando, yo creo que esa valentía es lo que me interesa destacar. Además del rol protagónico de la mujer, pese a que creen en lo dual, pero como están ahí en la lucha de sus derechos en comunidad.

Creo que no se pueden seguir invisibilizando las realidades. Siempre recuerdo la historia de “La Chepa”, Patricia Troncoso, que fue una prisionera política mapuche, que estuvo 55 días en huelga, y que las lamngen la recordaban mucho. Había mucha sororidad en los registros mencionando a otras lamngen. El feminismo antirracista fue el que me fue motivando a decir, ya ahora es el momento.

¿Desde un inicio tuviste la intención de agregar el último relato de Emilia “Bau” Herrera?

No estaba incorporado al principio, pero sí me importaba que las mujeres mapuche hablaran por ellas, desde el feminismo, entendiendo que no podemos hablar por esos cuerpos, ni por territorios de los que una no vive. Pese a que yo soy mapuche, tengo apellido mapuche, mi situación es muy privilegiada. Entonces el libro fue tomando una forma distinta a medida que hablaba con las lamngen y ellas mencionaban mucho el tema de cómo son invisibilizados también hechos recientes, como es el caso de Emilia o el caso de Macarena Valdés. Me importaba ver también como la sociedad chilena lidia con la otredad, como en el proceso constituyente y las descalificaciones que sufrían los y las constituyentes mapuche, en ese sentido quería escucharlas y ellas eran muy sororas en recordar a otras compañeras que no son completamente mapuche como La Chepa o Emilia, para ellas eran sus hermanas.

Así surgen algunos acercamientos con la mama de Emilia. Para ella es un hecho profundamente doloroso porque era su única hija y quise salir del registro de lo que se sabía, tratar que fuera un retrato super íntimo y desde la crónica desarticular ciertos recursos que son imperantes, como que Emilia era joven, que fue allá y que murió casi que en un hecho violento, como dijeron diarios de la prensa hegemónica. Hay todo un contexto, y esa es la misión fundamental de la periodista feminista. Es uno de los capítulos que más me gustó como quedó, en términos de acercar a su vida, la generosidad de la familia y de acercarme a su historia.

Carolina Rojas Neculhual, autora de Corazón de Weichan

Carolina Rojas Neculhual.

¿Qué te inspiro a titularlo así, Corazón de Weichan que significa Corazón de Lucha?

Teníamos como cinco títulos y la verdad es que yo sentía que en cada historia había muchos recuerdos como dignos y también dolorosos, pero lo que más me inspiró fue que fui Temucuicui, donde estaba la abogada Manuela Arroyo que cuando le toco hablar, habló sobre la ñañas, las quiso reconocer. Dijo que las quería reconocer y además dijo palabras muy bonitas que están citadas en el libro, respecto a que ellas son las que juntan el dinero cuando sus maridos están presos. Ellas quedan muy precarizadas. Hay un impacto fuerte en la economía familiar y ellas son las que llevan la comida  a la cárcel, son las que están con sus hijos, fortaleciendo, son las que entregan los saberes, son muy valientes.

Siempre son muy invisibilizadas en la lucha y en la resistencia, siendo la más bonita de las luchas. Habló del amor, eso me pareció muy importante también, acercar un poco a los sentimientos de estas mujeres entrevistadas. Hablan en muchos momentos de lo que vivieron, de que trabajaron de empleadas domésticas en Santiago, de como era desear volver a su tuwün, que es su lugar de origen, había mucho amor también en sus relatos. Por eso decidimos elegir un título menos académico y juntar dos palabras, una en español y otra en Mapudungun y quedó Corazón de Weichan – Corazón de Lucha -. Como mujeres valientes y  guerreras, porque nadie podría decir que las entrevistadas del libro no son guerreras.

Del periodismo y ser mujer

¿Qué crítica puedes hacer desde el rol como periodista sobre la cobertura mediática y la perpetuación de estereotipos en, por ejemplo, el proceso constituyente?

Siempre comento en algunas entrevistas, una frase que dijo Pedro Cayuqueo, que a ningún editor en Estados Unidos se le ocurriría  mandar a un periodista a medio oriente, que no entendiera del conflicto o que no hablaran el idioma y acá cualquier periodista cubre sobre Wallmapu, sin entender en profundidad las violencias que cruzan el territorio.

No se si todos han leído a Fernando Pairican sobre la verdad histórica o el despojo y se hayan interiorizado responsablemente sobre el tema, pero creo que ser periodista no impide que uno sea intelectual. Creo en la especialización de los periodistas en ciertos temas, es nuestra responsabilidad y la consecuencia de eso justamente es que la prensa hegemónica repite como loro lo que expresan las autoridades y hay mucho racismo. Existe un racismo muy solapado, que si bien mi situación es profundamente periférica respecto a las violencias que se viven en el sur, yo también las he vivenciado, mucho más de lo que me atrevo a decir.

Afuera hay muchas autoras indígenas y falta hablar más desde el territorio, de interiorizarnos, yo creo que muy pocos periodistas han ido a comunidades y la verdad es que sentarse a escuchar estas historias lo que permite es dialogar con otras realidades y cuando uno visibiliza esas realidades se permite una conversación más honesta. Porque lo que se hace de un tiempo a esta parte es saltarse el discurso del terrorismo, lo que uno puede ver en medios como ExAnte o La Tercera, que han tenido mucha responsabilidad en recoger historias que después supimos no eran así, por ejemplo cuando Canal 13 hizo resorte de la Operación Huracán y a los periodistas no nos corresponde ser resorte de las autoridades, nos corresponde investigar y no hacer juicio de ninguna realidad.

Lo que paso realmente en el caso de Camilo Catrillanca, siempre se habló de un enfrentamiento, pero cuando salieron los videos no fue así. En el caso de Emilia “Bau” Herrera también se habló de un enfrentamiento y luego supimos que habían sido sicarios que fueron pagados por el mismo administrador del condominio que dispararon directo a Emilia. Es una situación que se repite, y citando a Yásyana Aguilar, no hay forma de superar una situación, invisibilizándola. Creo que en ese sentido el libro cumple su objetivo, de un retrato íntimo, de la lucha colectiva y de quienes son el rostro de la lucha, porqué se vive de esa forma y por qué no es una lección, la resistencia de las mujeres mapuche es una forma de vida, de sobrevivencia.

En ese sentido, entendiendo que Latinoamérica es un territorio machista y patriarcal. ¿Qué opinas de la palabra “matriarcado” teniendo en cuenta que en Chile las líderes del hogar son las madres?, ¿Cómo esas luchas se radican en el Wallmapu?

A los chilenos les gusta negar su origen mapuche, creo que la mujer chilena siendo lo que es, tiene mucho de la mujer mapuche. Siempre a lo largo de mi carrera he hecho muchas entrevistas a mujeres, es lo que me interesa. Por ejemplo en el libro del Sename, entrevisté a muchas mujeres en hogares monoparentales, mujeres que eran super fuertes y acá hay un poco lo mismo. La lucha de las chilenas, de las mapuches, más hacía el sur en la zona mapuche huilliche o en otras comunidades mal llamadas en rojo, son luchas que cruzan todo Latinoamérica. Las mujeres indígenas que defienden el Amazonas, creo que se han levantado a través de los últimos años y se ha visibilizado un poco más estas batallas. Una batalla por la vida.

Deberíamos sentirnos muy honrados en que ellas defiendan los ríos, para tener agua y los bosques nativos para que podamos verlos. En esas historias, cruzadas por la violencia, hay una definición clave, la interseccionalidad, de mujeres rurales, indígenas y sólo mujeres. Hay muchas colegas mexicanas que también están interesadas en estos temas. Creo que es hora de empezar a hablar de estas mujeres, no es solo una lucha por las comunidades, es una lucha por el medio ambiente.

El libro Corazón de Weichan ya se encuentra en venta en librerías y en tiendas online. El jueves 10 de noviembre a las 19.00hrs fue la presentación oficial en el Espacio Literario de Ñuñoa. Contó con la participación de la autora, de la periodista Patricia Rivera y del académico en escritura narrativa Juan Pablo Figueroa. En la página de la editorial Planeta, puedes además leer un fragmento del libro.

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