Carolina Pérez: “Hay que eliminar el show de la Teletón. El instituto debe seguir funcionando porque es un deber del Estado”
Escrito por Camila Magnet el abril 4, 2020
Hace 15 años sufrió un accidente que la dejó con tetraplejia y actualmente es conferencista y docente de la Universidad de Chile. En entrevista con el podcast Copadas, Pérez se refirió a la situación legal actual en materia de discapacidad en Chile y del rol de la Teletón en el país.
En el mundo, alrededor de mil millones de personas -un 15 por ciento de la población- vive con algún tipo de discapacidad, según el Informe Mundial sobre la Discapacidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Más allá de sus impedimentos físicos, mentales o sensoriales, las personas con discapacidad enfrentan barreras para la inclusión en diversos aspectos de la vida: en general, tienen menos oportunidades socioeconómicas, menor acceso a la educación y tasas de pobreza más altas.
A nivel local, el Estudio Nacional de Discapacidad (Endisc) elaborado durante el año 2015, determinó que el 16,7% de la población vive con alguna condición de discapacidad en Chile, es decir 2.836.818 personas. En la población adulta, el número asciende a un 20%.
Entre ese grupo de personas se encuentra Carolina Pérez Carvallo (38). Hace 15 años sufrió un accidente que la dejó con tetraplejia y actualmente se desempeña como conferencista, docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y conductora del programa “Saliendo a flote” de la radio de la misma universidad.
En entrevista con el podcast Copadas, Carolina Pérez se refirió a la situación legal actual en materia de discapacidad en Chile y del rol de la Teletón en el país.
Vulneración de derechos
En 2008, el Estado de Chile ratificó la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y con ello asumió formalmente una nueva forma de entender la discapacidad, la cual se sustenta sobre la relación entre un estado de salud y un contexto o entorno que limita las actividades de las personas. En tanto, en 2010 promulgó la Ley 20.422, que establece normas sobre la igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad y crea el Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis).
Es justamente por la existencia de esta legislación, que Carolina Pérez afirma que el Estado de Chile vulnera los derechos de las personas con discapacidad. “Si bien hay muchísimas políticas públicas buenas en relación a las personas en situación de discapacidad, creo que son políticas que quedan muy bonitas escritas en el papel, pero la realidad es que nadie las fiscaliza”, critica.
Sobre el Senadis, la ex deportista de artes marciales dice “a mi juicio, no sirve para nada”. “Es un servicio que proporciona fondos que las personas tenemos que concursar para poder hacer factible un derecho que nos corresponde por convención internacional y por ley. (…) Y son tremendamente difíciles de poder escribirlos, realizarlos, ser admisible y después adjudicártelos. Es una trampa. Tienes que concursar para una silla de ruedas, para materiales auditivos, para que las personas sordas sean autónomas a través de un intérprete de lengua de señas”, sentencia.
«El Senadis no sirve para nada»
De esta situación, ejemplifica: “Una persona sorda necesita un intérprete de lengua de señas y tienen que postular a Senadis o si no, tienen que pagar ellos, considerando que un intérprete de lengua de señas vale 25 mil pesos la hora. Imagínate si tiene que ir al banco, no tiene otra posibilidad que contratar a un intérprete de lengua de señas, y lo tienen que pagar ellos mismos.
“Hay universidades que tienen que pagar por un intérprete de lengua de señas, en vez de que el Estado se los proporcione de manera gratuita. ¡Tú no puedes negarle la educación a alguien, menos a una persona sorda! Tampoco existen los materiales necesarios en términos de educación para las personas ciegas, como audiolibros, braille, etc. Y todas esas cosas terminan siendo una vulneración de derechos de parte del Estado hacia las personas con discapacidad”, agrega.
¿Qué críticas le harías a la ley 20.422?
– Más que las críticas, serían las reparaciones que deberían existir. En esta ley deberían participar personas con discapacidad, familias -porque hay personas que viven con un nivel de dependencia brutal como niños con parálisis cerebral, los cuales sus padres que son sus cuidadores-. También los terapeutas ocupacionales, kinesiólogos, personas ligadas a la salud, rehabilitación, etc. Frente a eso, encuentro que todo lo que se ha armado en la ley 20.422 ha sido una chaya gigantesca.
Según Carolina Pérez, la palabra “inclusión” en la ley está muy mal utilizada. “Al hablar de inclusión, hablas de pueblos originarios, comunidad migrante, diversidad sexual, mujer, personas privadas de libertad, adulto mayor, niños, eso es inclusión. Inclusión no es discapacidad. Discapacidad es una pequeña área de la inclusión”, comenta.
«Todo lo que se ha armado en la ley 20.422 ha sido una chaya gigantesca»
En 2018 entró en vigencia la Ley de Inclusión Laboral, que establece una reserva de empleos del uno por ciento para personas con discapacidad o beneficiarias de la pensión de invalidez de cualquier régimen previsional, en organismos del Estado y empresas privadas que tengan 100 o más trabajadores o funcionarios.
Sobre esto, Pérez reflexiona: “Si colocas una ley de inclusión laboral para las personas con discapacidad es porque hay algo que no estaba funcionando a nivel laboral. Estamos acostumbrados a un asistencialismo tan grande, a vernos con drama, lástima y asistencia, que difícilmente van a contratar a una persona con discapacidad por las competencias que tiene”.
¿Crees que con la Ley de Inclusión Laboral Chile avanzó en la inclusión de personas con discapacidad?
– No sé si Chile, pero las empresas sí. Considero que es una muy buena ley desde la política pública, el tema es qué ha pasado con la ejecución. Cuando te acercas a los empresarios, te das cuenta de la tremenda pega que están haciendo. Ahora, hay muchísimos empresarios que tienen lugares que son patrimoniales o casas que son muy chiquititas, que tienen toda la intención de contratar, pero se han topado muchos de ellos con que la persona con discapacidad llega con una actitud de exigencia horrible.
“Cuando llegas a trabajar a una parte, debes ser una persona proactiva y que proponga algo. (…) Soy partidaria de que esto sea un cambio paulatino, no correr porque te puedes pegar un tremendo tropezón del cual te puedes arrepentir toda la vida”, agrega.
El show de la Teletón
Este 3 y 4 de abril se realiza el espectáculo televisivo de la Teletón en cadena nacional, tras 42 años de su primera edición. Carolina Pérez en innumerables ocasiones ha criticado esta instancia, poniendo énfasis en que el Instituto de Rehabilitación Teletón “es harina de otro costal”.
“La farandulización de las personas en situación de discapacidad, la vulneración de derechos, el llanto, el espectáculo conmiserativo, el asistencialismo, todo lo que puedas englobar respecto a la manipulación emocional de las personas está dentro de ese espectáculo”, dice Pérez.
Si tienes más de 23 años y se llegan a accidentar, no tienen ninguna posibilidad de rehabilitación.
A esto, agrega una comparación para dar cuenta de la gravedad del asunto: “¿Saben que Coaniquem haga un espectáculo en cadena nacional durante 27 horas? No existe. Imagínense lo que sería tomar a personas quemadas, que han sufrido muchísimo, que les pregunten si quieren hacer un espectáculo y después subirlas arriba del escenario para que vean cómo están de quemados. Es una vitrina horrible de vulneración de derechos”.
“Lo importante acá es eliminar el espectáculo televisivo. La Teletón tiene que seguir funcionando porque por ley es un deber del Estado, y frente a eso no hay absolutamente nada más que conversar”, enfatiza.
La docente de la Universidad de Chile hace hincapié en “si tienen más de 23 años y se llegan a accidentar, no tienen ninguna posibilidad de rehabilitación. Lo único que les queda es pagar seis millones de pesos al mes durante una rehabilitación efectiva. Y considerando que esa rehabilitación efectiva tiene que ser entre un año, uno y dos años, dependiendo del daño neurológico o físico”.
La plata no es un problema
– ¿El Estado tiene plata para sostener la Teletón? ¡Tiene para sostener 45 mil Teletones! Tiene mucha plata el Estado, estamos forrados. ¿Dónde queda el impuesto específico de los combustibles? Que empezó a regir el año 1985 después del terremoto para poder volver a hacer las carreteras que se habían dañado con el terremoto. Han pasado hartos años de ese terremoto, las carreteras están listas y más encima concesionadas. Hay un abuso de por medio. El espectáculo televisivo de la Teletón es un abuso.
En el libro de la periodista Laura Landaeta “Don Francisco. Biografía no autorizada de un gigante”, se ahonda en los inversionistas de la Teletón y los integrantes del directorio, además de afirmar: «La mantención de los sueldos de los directores y empleados de la fundación, cuestan, según detallan las fuentes entrevistadas, anualmente casi el 40 por ciento de lo recaudado en cada campaña. Finalmente, los niños se benefician de una cantidad muy pequeña de la torta que se supone fue armada para ellos y que en la práctica no supera el 20% de lo recaudado año a año, según señalan fuentes que estuvieron ligadas a la obra pero que ya no siguen trabajando en ella por la misma razón».
De este pasaje del libro, Carolina Pérez comenta: “Pueden sacar sus propias conclusiones. Hay muchas personas que están despertando de esto que es una mentira, una falacia, son 27 horas en las cuales nos exponen de manera innecesaria. Estamos cansados de que nos traten como un objeto de caridad”.
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Escucha a continuación el capítulo de Copadas «Discapacidad y Teletón: caridad vs derechos» y la entrevista a Carolina Pérez, donde también se refiere al redescubrimiento de su sexualidad tras su accidente.
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