40 años del FPMR: Memoria de la insurgencia ante la dictadura

Escrito por el diciembre 14, 2023

El 14 de diciembre de 1983, se funda oficialmente el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, organización política y militar que surge de la política de rebelión popular de masas del Partido Comunista de la época, como una herramienta de desestabilización de la dictadura militar y en respuesta a la represión que las fuerzas militares y los organismos de inteligencia aplicaban para exterminar a colectivos y partidos de izquierda. Esa misma noche, como acción inaugural se dinamitaron 12 torres de alta tensión que dejaron en un completo apagón eléctrico a la zona central del país. 

El “Frente”, como se conoció popularmente, reivindicó la lucha armada contra la dictadura y usó la guerrilla urbana como campo de acción para realizar diversas y complejas operaciones de ataque directo, intervención comunicacional, boicot, entrega de alimentos, rescates, fugas y secuestros a personajes clave, en una de las décadas más sangrientas de la historia de Chile.

Algunos de los hechos espectaculares que protagonizaron como colectividad guerrillera abarcan desde la internación de armas de Carrizal bajo y el intento de magnicidio del dictador Augusto Pinochet llamada operación siglo XX en 1986, hasta el rescate en helicóptero de presos políticos desde la Penitenciaría de Santiago, llamado vuelo de Justicia en 1999.

No obstante la audacia de sus acciones, el Frente recibió también golpes durísimos a su organización y a sus dirigentes, como lo fue la matanza de Corpus Christi en junio del año 1987 y el asalto fallido al pueblo de Los Queñes en octubre de 1988, que terminó con sus máximos comandantes ejecutados vilmente por fuerzas represoras.

Recientemente, la periodista y académica de la Facultad de Comunicación e Imagen, Carolina Trejo Vidal, quien se ha dedicado a investigar y a generar historiografía respecto del Frente, lanzó el libro “En el frente, nadie queda atrás, El rescate de Fernando Larenas” de Traru Ediciones, volumen que reconstruye y revisa el rescate de un combatiente frentista desde una clínica privada de la comuna de San Miguel, mientras se mantenía bajo custodia luego de un enfrentamiento.

Fernando Larenas, combatiente frentista, había sido herido en su cabeza, mientras resistía a su detención por lo que quedó internado en una clínica bajo custodia policial. La Dirección del Frente decide rescatarlo, a pesar que su condición le impedía re incorporarse a la lucha frontal contra la dictadura civil-militar, una acción que en sí misma muestra un gesto ético de responsabilidad y compromiso del colectivo político militar con las y los combatientes que integraban sus filas.

El libro recupera un momento único, dando cuenta de una acción política radicalizada, sostenida en un espíritu colectivo de lucha y hermandad que se ha visto poco durante las décadas posteriores, y cuenta con testimonios y relatos de los propios involucrados, combatientes, familiares y colaboradores que rescatan la importancia que significó la ética del Frente en aquellos años, para el golpeado pueblo chileno que sostenía ya más de una década de violencia de estado.

La estructura del FPMR siempre se sostuvo sobre la base de la compartimentación, la solidaridad, el internacionalismo y la colaboración de numerosos hombres, mujeres y familias que asumieron un rol complejo y arriesgado en tiempos de horror y crueldad. El frente no abandona a sus combatientes, fue la máxima sobre la que se sostuvieron muchas acciones.

Lanzamiento libro  “En el frente, nadie queda atrás, El rescate de Fernando Larenas”, de Carolina Trejo Vidal

La valentía, el coraje y la entrega de sus combatientes, instalaron un imaginario de resistencia popular que puso en jaque a la dictadura y a sus métodos de persecución política. Alzarse ante la injusticia, no dejar impunes a aquellos que de noche y con el apoyo del estado, irrumpían en las poblaciones a detener, fusilar y desaparecer jóvenes, puso en alto la vía armada como una bandera de dignidad.

El rodriguismo como lugar de resistencia nos plantea no sólo un lugar de memoria y recuerdo, sino una resignificación de la lucha contra las múltiples opresiones de un pueblo, una actitud solidaria y valiente basada en la legítima defensa frente a la agresión, y en la necesidad de lazos colectivos fuertes para profundizar las estrategias de justicia social.

En tiempos en que las narrativas de resistencia parecen ser cuentos de derrota, y ad portas de un nuevo plebiscito constitucional que nos podría acercar a una sociedad con menos derechos, más neoliberal y que criminalice aún más la disidencia, es justo y válido recordar el espíritu rodriguista como una expresión del Chile popular, que decide ponerse de pie.

Es urgente que en tiempos neofascistas y de progresismos de baja densidad, esa convicción y compromiso con la justicia social, no sea sólo memoria y vuelva a ser parte de las luchas de las izquierdas de base, como tronco fundamental del motor de transformación que continúa latente.

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